Camino Francés 5ª Etapa 15,50 km ~ A Pena – Gonzar
Perfil de la Etapa
Sábado 01-04-2017
Camino Francés 5ª Etapa 15,50 km. A Pena – Gonzar
Este sábado hemos hecho la 5ª etapa de nuestro camino; como los días anteriores salimos temprano de casa. Nos amenazaba la lluvia pero allá fuimos, teníamos que empezar no en A Pena, si no un poco más adelante, ya que la semana pasada hicimos unos km de más porque tuvimos que llegar a un lugar donde pudiera acceder el autobús y este sitio fue “Moimentos “, a pocos metros del mojón 95,5 km.
Desde hace algunas etapas hemos encontrado en el camino unas cruces de madera y justo empezamos esta etapa al lado de una enrollada con alambre de espino.
La guía con la que seguimos el camino nos indica que en esta etapa vamos a tener una bajada pronunciada hasta llegar a Portomarin y cuando dejemos esta localidad, será al revés una buena cuesta de subida. Algunos compañeros deciden empezar la etapa en Portomarin y otros pocos en Moimentos.
Allá vamos empezamos a caminar, la lluvia sale a recibirnos ya en los primeros pasos, pero no nos da miedo vamos preparados para ella y el paisaje que nos rodea es precioso incluso con lluvia. Las casas de piedra mojadas lucen aún más y pasamos por Parrocha la última aldea de Paradela.
Estamos en una zona donde cualquier casa o cobertizo es convertido en albergue. Nos encontramos con un paisano, trabajando en un “arrimo” (como dice una compañera) está añadiendo una pequeña construcción de cemento a una casita de piedra. Nos informa que en unos días estará terminado el albergue. Creo que esto debería regularse, no podría hacerse una obra así: Feísmo espantoso.
Hasta pasamos por un albergue vegetariano y ya descendimos hacia Portomarin. No nos pareció el descenso tan fuerte como habíamos leído.
A nuestra derecha ya veíamos al Miño, embalsado por Belesar y cruzamos el puente de más de 350 metros, enfrente en lo alto nos recibía Portomarin con sus casas blancas y tejados de pizarra. Al terminar de cruzar el puente nos encontramos con una escalinata de piedra que se une con uno de los arcos de viejo puente romano medieval que se encuentra cubierto por las aguas del embalse. Dicen que este arco se desmontó y se volvió a montar para asentar la escalinata que está coronada por una pequeña capilla, a la que curiosamente no se tiene acceso a no ser que sea por una escalera de mano.
Al lado del puente esperaba el autobús algunos compañeros quedaron y otros se unieron al grupo para continuar hasta Gonzar.
A partir de aquí el camino cambió la ruta seguía por un sendero cercano a la carretera y por unos km por la falda del monte San Antonio para después adentrarnos ascendiendo entre pinos y prados. Volvimos a bajar de nuevo hacia la carretera pero siempre por un sendero paralelo y llegamos a un pequeño núcleo de casas, la iglesia de Santa María y ya… Gonzar. Se nos hizo corta la etapa y como ya decía antes no nos enteramos ni de las cuestas que bajaban ni de las que subían. Encontramos otra cruz de madera, esta vez llena de objetos que dejan los peregrinos. No sé qué pueden significar estas cruces, es la primera vez que las veo en un Camino de Santiago.
Paramos en el albergue, aprovechamos para un tentempié y una cervecita los que pudieron, los que llegamos de últimos, solo sellar las credenciales y limpiarnos las botas en un lavadero puesto a propósito para hacerlo.
El autobús ya estaba esperándonos y nos fuimos hacia Ferreira en Palas de Reí, deseábamos llegar y degustar la paella valenciana de marisco que nos estaban preparando en el Albergue de a Nave (hace tres años ya lo hicimos en el de Ponte Ferreira) en el de Ferreira no cabíamos.
Nos esperaban con un cartel de bienvenida: “Bien venidos, asociación de Adayeus”. Son unos anfitriones fabulosos los que llevan estos albergues. Digo “Paella Valenciana” porque Paloma la cocinera es valenciana y la hace de maravilla. Estos alberques están en la ruta del Camino Primitivo, pero como no nos quedaba muy lejos, decidimos escoger este sitio para comer. Comimos con la sensación de compañerismo y ese sentimiento que sábado a sábado va creciendo al tiempo que caminamos, el Camino entra en nosotros.
Dejamos el albergue despedidos con afecto correspondido por Paloma, Isabel y Juanma los anfitriones y les prometemos que si volvemos a pasar cerca en los próximos caminos volveremos a visitarlos; nos sentimos como en casa.
Por la tarde fuimos a visitar la iglesia de San Salvador de Vilar de Donas, sabíamos que estaba abierta, una guía nos esperaba y nos explicó todo y más sobre la iglesia. Nos gustó un montón fue como retroceder en el tiempo. No quiero equivocarme al contaros lo que la guía no explicó y os adjunto información que encontré en la página web del ayuntamiento.
“A Igrexa de Vilar de Donas é un dos exemplos máis importantes do románico galego no Camiño de Santiago. A igrexa, data de principios de século XIII, declarada monumento histórico-artístico en 1931, formou parte dun monasterio fundado a mediados do s.XII pertencente á Orde de Santiago.
Ten planta de cruz latina, con nave principal cuberta con armadura de madeira e cruceiro rectangular con bóveda de crucería, conta con tres ábsidas abovedadas. Frontispicio con bela portada de arco abucinado de medio punto, con catro arquivoltas sobre columnas con capiteles profusamente decorados e lehante friso, sobre o que descansan as estatuas de S. Miguel, S. Bartolomé e a Virxe con Neno.
No seu interior, ademais das pinturas góticas da ábsida central, compre olla-lo baldaquín, gótico tamén, que se atopa no brazo esquerdo do cruceiro.
Destacan varios sepulcros dos cabaleiros da Orde de Santiago con armas de diversas familias, pertencendo unha das urnas sepulcrais ao cabaleiro Fernando Ares Noguerol. A urna sepulcral situase enriba de dous leóns que agochan un porco bravo na cabeceira.
Destacan sobre todo, os frescos que cobren, como un retablo, os muros da ábsida central; pinturas góticas de finais so s.XIV-comenzos do s.XV. Na parte baixa está Cristo Varón de Dores entre os reis Xoán II e María de Aragón e o seu fillo Henrique; o nivel central está ocupado por unha Anunciación, con María e o arcanxo San Gabriel, flanqueando a ventá que ilumina o altar. A parte superior corresponde á bóveda da ábsida, cun simbolismo que alude á bóveda celeste, e onde se presenta a Cristo como Xuíz, nunha mandorla sostida por anxos. Estas pinturas góticas realizáronse para o Ano Santo Compostelán de 1434, en tempos de Xoán II, monarca protector dos peregrinos, para os que estableceu un salvoconducto que lles aseguraba a súa protección rexia no Camiño de Santiago
Fue una etapa muy bonita en todo, Camino de Santiago, comida en el albergue y como remate final de oro la visita a la Iglesia de Vilar de Donas.
A las siete nos volvimos para Coruña, contentos y felices. Nos esperan dos sábados de descanso por la Semana Santa. Volvemos al Camino el día 22.
Buen camino a todos durante estos días.
Por B. Franco (vocalía del camino)