Roteiro Razo – Caión
Este sábado pasado (04-02-2017) hicimos el roteiro de Razo a Caión, mejor dicho, de Caión a Razo porque por motivos logísticos nos interesó realizarla a la inversa.
Después de unos días con condiciones meteorológicas totalmente adversas, decidimos seguir adelante con nuestra visita a la Costa de la Muerte.
Llegamos a Caión con tiempo suficiente para prepararnos para la ruta por si la lluvia se decidía acompañarnos. En la plaza de Caión, Rubén nos contó la historia del puerto:
Los habitantes de Caión, desafiaron al mar desde su situación en lo alto, batido por los vientos día y noche. No solo eso, sino que, sin importarles el peligro, salían a cazar ballenas primero y a pescar enormes cantidades de sardina después.
Desde la Edad Media los balleneros vascos acudían a las pesca de estos majestuosos cetáceos a las costas gallegas. Uno de los puertos elegidos era el de Caión, para participar en la costera invernal y en el que poder realizar las faenas de despiece, fundido de grasa y salazón, a cuyo efecto le arrendaban el puerto y las casas necesarias a don Fernando Bermúdez de Castro, Señor de la Casa de Montaos, y de la mencionada villa.
En el Archivo Notarial de La Coruña hay el primer contrato que se hizo sobre la caza de la ballena, para el ejercicio de la actividad en el mencionado puerto, “En la ciudad de la Corunna a veynte y dos dias del mes de abrill del año del señor de mill e quinientos e sesenta e tres años…) yo dudo de si estará en el Archivo Notarial o en el Arquivo do Reino de Galicia
Dejando atrás la historia, empezamos la ruta por un camino que bordea el mar y dejando a nuestras espaldas las últimas casas del pueblo continuamos por la costa disfrutando de todo lo que veíamos, pequeñas calas, peñascos, acantilados, gaviotas, algún cormorán y un mar impresionantemente hermoso, batiendo con fuerza aunque no llegaba por donde nosotros pasábamos, playas de Arnela, do Caracoleiro, Leira, da Pedra da Sal. Por estos últimos lugares pasamos por un camino estrecho de pescadores y poco a poco y ya acompañados de una suave pero persistente lluvia llegamos a las dunas y marismas de la laguna de Baldaio y de allí a un paso al final de nuestra ruta, Razo.
Comimos en Razo en “O Cordobes” y por primera vez desde que hacemos senderismo antes de lo previsto, queríamos llegar antes de que el tiempo empeorase.
Por la tarde antes de volver, visitamos la Escuela Cántabra de Surf, que hay en Razo. Muy interesante, pero no sé si alguno de nosotros nos decidiremos a subirnos a una tabla en el mar, ¿quién lo sabe? Pero bueno como es albergue residencia, igual algún día lo utilizamos como albergue para continuar el senderismo al día siguiente, disfrutando de las maravillosas vistas al mar.
Pinchando en la imágen, las fotografías de la excursión