Hoy sábado 15 de abril, hemos realizado la segunda parte de la “RUTA DA AUGA”, por Pobra de Parga – Guitiriz – Sete Muiños y el Balneario de Pardiñas.
Salimos a las 8,30 de la mañana 45 socios de Adayeus, con nuestros guías, Chus y Samuel y con la sana intención, como es habitual de pasar un día de ocio, diversión y ejercicio.
Después de una parada al comienzo de la ruta, en Parga, para tomar el consabido café, nos pusimos en marcha.
Ha sido una ruta tranquila y sencilla, con bonitos y relajantes paisajes, casi todo el camino por la orilla del rio Ladroil. El itinerario transcurre entre hermosos bosques de ribera, lo que nos permite disfrutar de abundante arbolado autóctono (carballos, castaños, abedules…).
En un descanso de la ruta para reagruparnos, nos paramos en la aldea de Pardiñas, en el paraje donde se encuentra el Balneario, que, aunque estaba cerrado, posee una fuente, la “Fuente de Santo Domingo”, en un pequeño edificio anexo, que nuestros guías consiguieron que la persona que tiene las llaves, la abriera. La fuente de un único caño con una figura de pez encima de ella posee aguas, declaradas de Utilidad Pública, y que son de sulfuro sódico fluoradas, brotan a 15ºC y están indicadas para tratar las afecciones hepáticas, dolencias biliares y del aparato digestivo mediante su ingesta, además de ser buenas para las infecciones de la piel.
Como podréis suponer, casi todos bebimos un poco de agua, y algunas y algunos hasta rellenaron una botellita, a pesar del mal olor que suelen despedir estas aguas sulfurosas, pero por si acaso…
A continuación, seguimos la ruta, aunque no todas…ya que el bus estaba allí, para las que pedimos “papas”.
La segunda parte de la ruta fue una continuación de los bellos paisajes de la primera e se hizo una parada en un lugar con una piscina natural en el rio, al lado de un molino.
Al finalizar nos dirigimos al lugar de la comida, el Restaurante “El Merendero” en Os Vilares, en donde nos esperaba la comida, consistente en Ensaladilla, Churrasco, postre y café.
Después del merecido descanso, sobre las 17.00 fuimos hasta Guitiriz, para conocer un poco más los encantos de esta villa, y dado que se celebraba un maratón deportivo, el campo de la Feria estaba vallado y nos encontramos con un recibimiento con el que no contábamos, puesto que nos dieron la bienvenida por la megafonía, a los senderistas, nos regalaron un sombrero de paja, que seguramente veréis en las fotos y pudimos bailar un rato, antes de seguir conociendo la villa.
El nombre de Guitiriz procede del “Witirici”, que significa “el lugar de Roberto”. A pesar de que los primeros pobladores de origen celta y los romanos sabían de las propiedades terapéuticas de las fuentes termales, solo con la llegada de los suevos, tras el hundimiento del Imperio romano, la localidad empezó a cobrar notoriedad.
Allí descubrimos que uno de los últimos de Filipinas, fue Bernardino Sánchez Cainzos, que nació en Guitiriz en 1875, y que también morirá en ese Ayuntamiento. Cuando llega a Barcelona el vapor Alicante, a bordo viajan los 30 soldados, de los cuales tres eran gallegos, que pasarán a la historia con el apelativo común de “los últimos de Filipinas”, por haber mantenido el sitio de Baler, frente a las tropas filipinas, durante 337 días, y uno de aquellos últimos soldados fue el sanitario, Bernardino Sánchez Cainzos.
A continuación, visitamos tanto por fuera como por dentro, la “Igrexa Nova de Santa María” ubicada en pleno centro de la villa. Se trata de una Iglesia de planta de cruz latina, construida entre 1946 y 1968 de estilo neorrománico de inspiración francesa.
Junto a la Iglesia de Santa María, se encuentra un singular Reloj de Sol ANALEMÁTICO, uno de los pocos que hay en España, cuyo funcionamiento consiste en que la persona se sitúa sobre el mes y el día (los días van de diez en diez) y su sombra hace las veces de Gnomon (objeto alargado cuya sombra se proyecta sobre una escala graduada para medir el paso del tiempo), marcando la hora solar de Guitiriz.
También descubrimos que, durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes construyeron un aeródromo en Guitiriz, para dar servicio a las Torres de Arneiro, que servían para dar apoyo a los submarinos alemanes.
Y ya finalizada la clase de historia, hemos tenido tiempo libre, para acudir a los establecimientos más conocidos, Casa David y La Esquina, a la búsqueda y captura de la mejor Torta de Guitiriz, con las cuales el autobús de regreso venía completo.
En definitiva, un día para el recuerdo, en el que esperamos que lo hayáis pasado bien, y volvamos a veros en cualquiera de nuestras actividades.
Muchas gracias por vuestra compañía
Marisa Mauriz
Presidenta Adayeus