Ayer sábado, 29 de abril, otros 55 socios de Adayeus, realizamos el segundo viaje as Rias Baixas.
Dado que ha sido el mismo viaje que el anterior, no teníamos pensado realizar ningún resumen extenso del mismo, pero no puedo dejar de contar algunos detalles y experiencias que nuestros compañeros en este viaje disfrutaron.
Nos dirigimos en primer lugar al monasterio mercedario de San Juan de Poio, en el cual destaca la Iglesia construida en el siglo XVII. En su interior existe un retablo del siglo XVIII de estilo churrigueresco y en la nave izquierda está el sepulcro de Santa Trahamunda, que fue una monja procedente de Galicia, de la alta edad media. Su vida que se ha conservado en forma de leyenda y es popularmente considerada la patrona de la “morriña”. También es destacable el claustro de las procesiones del siglo XVI, con una fuente barroca y una original escalera. Y el claustro del cruceiro del siglo XVIII, con su impresionante mosaico del Camino de Santiago de 200 m2 de longitud, que fue realizado por el artista checo Antoine Machourek y en el que podemos ver las localidades más importantes y las escenas más tradicionales del Camino de Santiago.
Al finalizar la visita nos dirigimos a Combarro, en donde nos esperaba una guía local (Mela) que nos fue introduciendo por las hermosas calles de este bello pueblo situado en el corazón de las Rias Baixas, y que es considerado uno de los pueblos más bonitos de Galicia y que además ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico.
Lo que más llama la atención de Combarro es que a cada paso que das te encuentras un hórreo. Actualmente en el pueblo hay un total de 68 hórreos y la mitad de ellos se encuentran justo a la orilla de la ría.
Recorriendo el centro de Combarro llegamos al cruce de caminos de la Plaza da Fonte, en donde se encuentra uno de los cruceiros más antiguos de Combarro.
Además de ser el pueblo de los hórreos, Combarro es el pueblo de los cruceiros. Hay un total de nueve cruceiros, de los cuales siete se encuentran en el corazón del casco histórico, siendo la mayoría de ellos del siglo XVIII y XIX, y están labrados en granito. Además del valor religioso que tienen, los cruceiros simbolizan el cruce de caminos. Si nos fijamos, normalmente, tienen una virgen mirando hacia el mar y una cruz en el lado opuesto.
Paseando por sus calles tenemos que fijarnos también, en otra de las construcciones más típicas de Combarro que son las casas marineras donde vivían y viven los pescadores de la villa. Estas casas suelen tener una planta baja, en donde se almacenaban los utensilios de pesca y una escalera para subir al piso que es donde se encuentra la vivienda habitual. Normalmente estas casas suelen tener un balcón que mira directamente al mas repleto de flores.
Desde luego ha merecido la pena visitar COMBARRO.
Una vez acabada la comida, que realizamos en el Restaurante “Nueva Parada”, y que fue realmente deliciosa, según la opinión de la mayoría de los compañeros, realizamos la visita al Museo de Pescanova, y a la Isla de A Toxa, en donde tuvimos tiempo libre antes de embarcarnos allí mismo en una pequeña travesía en catamarán, para conocer de cerca las bateas donde se cultiva el mejillón, y degustarlos, convenientemente “regados” con vino Albariño de nuestra tierra.
Cuando en el Barco comenzó la música, todos aquellos que tenemos pies con vida propia, no pudimos evitar comenzar a bailar.
En definitiva, lo hemos pasado muy bien, que es lo que en ADAYEUS pretendemos siempre.
Esperamos volver a veros el curso de viene en nuestras actividades.
Marisa Mauriz
Presidenta Adayeus
Galeria Fotos: https://photos.app.goo.gl/TUTbPnRP3pBvBWMh9