Perfil de la 7ª Etapa
Sábado 29-04-2017
Camino Francés 7ª etapa 14,00 km
Palas de Reí – Melide
Este sábado no hemos tenido que madrugar tanto. Nos lleva menos tiempo llegar al punto donde terminamos la semana anterior.
Como siempre, la recogida de compañeros, que vamos haciendo desde la primera parada en el CUR hasta el área de servicio del Burgo, se procura hacer lo más rápido posible. Todos saben el asiento asignado e intentamos no perder tiempo, porque para todos, el tiempo es oro pensando en la jornada intensa que vamos a tener.
Aprovechamos también el trayecto en coche para puntualizar las últimas gestiones del camino. Se entrega la guía de la ruta, el programa del día, se indica la hora del comienzo y la hora tope de llegada; los últimos consejos de lo que esperamos sobre la ruta, el tiempo para desayunar antes de comenzar andar…
Llegamos a Palas y nos repartimos por las distintas cafeterías. Recordar (dice José Antonio) “que todo el mundo sea puntual” “a las 10;15 todos delante del autobús”, como un reloj a la hora acordada estábamos reunidos y comenzamos a caminar girando a la izquierda del Concello por la travesía del Peregrino empedrada de piedra y a pocos metros cruzamos el rio Roxán, seguimos caminando debajo de una bóveda formada por los árboles (no sabíamos todavía que casi toda la etapa iba a ser así) y a esto se unió que era un camino suave sin cuestas apenas, con suaves subidas y bajadas.
A nuestra espalda dejamos un precioso lugar, un molino reconvertido en casa rural en medio de la naturaleza y el rio cercano. Sólo dos compañeros pudieron verlo por suerte y a ellos les agradecemos las fotos que hicieron de su interior y de su entorno. Son rápidos y podían permitirse el lujo de perder unos minutos, pronto nos alcanzaron, a los de la cola claro.
Cruzamos la parroquia de San Sebastián de Carballal y poco después vimos el ábside de San Xulian del Camiño, iglesia románica del siglo XII. Seguimos bajando por una corredoira hasta el río Pambre y llegamos a Ponte Campaña. Desde allí seguimos por un bosque difícil de describir entre árboles, rocas y ramas retorcidas.
Bajamos hasta cruzar el rego do Vilar, en Porto de Bois y ya subiendo hasta Campanilla que es la última población lucense en el Camino, entramos en la provincia de A Coruña y llegamos a Leboreiro, en la antigüedad se le conocía como campo de liebres, pero debía ser en la antigüedad, no vimos ninguna.
Lo primero que nos encontramos aquí fue un Cabazo que se utilizaba como los horreos para conservar el maíz y detrás la iglesia de Santa María, románica de transición, ¡como siempre cerrada¡.
Abandonamos Leboreiro y cruzamos el río Seco (que llevaba muy poca agua para hacer honor a su nombre) por un pequeño pero hermoso puente medieval, podéis verlo en las numerosas fotos que se sacaron en él. A partir de aquí el camino cambió bastante, transcurrió paralelo a la N-547 y el parque empresarial de Melide, pero bastante bien preparado y prácticamente no se nota el asfalto con el bosque del peregrino a un lado y matorrales al otro.
Un poco después cambió el entorno y bajamos hasta la orilla del río Furelos.
Furelos fue hace años un pequeño núcleo de casas de piedra muy humildes, hoy en día se nota la influencia de los peregrinos y muchas de ellas se han restaurado y convertido en albergues, casas de comidas… otras amenazan con caerse. Un precioso puente medieval de cuatro arcos de medio punto cruza el río. Está considerado como una de las joyas arquitectónicas del camino francés y sin duda el más hermoso de los puentes; aparece mencionado en los tumbos de Sobrado en el siglo XII, en el XVIII fue reformado parcialmente. Una frondosa vegetación rodea todo su entorno, pero es una pena, se han permitido construir pegados a él una serie de chiringuitos.
Al cruzar el puente nos encontramos con la iglesia de San Xoán de Furelos, esta vez sí, estaba abierta y aprovechamos para visitarla y sellar las credenciales.
Desde allí y a pocos metros nos esperaba la meta del día, la iglesia de San Roque y su crucero del siglo XIV considerado el más antiguo de Galicia.
El tiempo se echaba encima y nos dirigimos a la pulpeira “A Garnacha”, siempre que podemos, pase nuestro camino o no por Melide, hacemos parada obligatoria aquí para degustar su pulpo y después un plato de patatas fritas con huevo y filete de cerdo con una ensalada de lechuga y tomate. Puede ser que no sea un menú muy apropiado para unos “seniors”, pero un día es un día y después de 14 km creemos que nos lo podemos permitir.
Esta vez no tuvimos la suerte de comer acompañados de la música de gaiteiros como otros años; llegaron cuando nosotros salíamos. Pero de todas formas pudimos escucharlos durante todo el tiempo que estuvimos por Melide, estaban por todos lados. Disfrutamos de sus actuaciones, de los puestos de artesanía que había en la plaza de la iglesia, de las clases de baile regional, alguno se atrevió a danzar y visitamos El Museo da Terra de Melide (antiguo hospital de peregrinos), la capilla de San Antonio, la iglesia de Santa María de Melide, templo románico del siglo XII.
Una buena jornada, todos contentos y con final feliz retornamos al autobús pensando en la próxima etapa “Melide – Arzua” que nos han dicho que es tan bonita o más que la que acabamos de realizar. Buen camino compañeros, hasta el sábado próximo.
Por B. Franco (Vocalía del Camino)
Tocando en la imágen las fotografías de la Etapa