Melide-Arúa – Perfil de la Etapa
Sábado 2-05-2017
Camino Francés 8ª etapa 13,20 km
Melide – Arzúa
El album de las fotos de la etapa las podreís ver dentro de unas horas.
Compañeros, ya nos va quedando menos. Este sábado partimos de Melide.
Melide como otras tantas villas medievales nace con el camino de Santiago. Con el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor surge un movimiento de todo el mundo cristiano hacia Santiago de Compostela. Gente de todos los países se dirigen a la ciudad del Apóstol por distintos caminos, pero varios se unen en Melide; el Camino Francés, el del Norte que venía de Oviedo. Esta circunstancia histórica influyó en el nacimiento de nuevas poblaciones y la antigua Terra de Abeancos es actualmente Tierra de Melide.
Llegamos a Melide y aprovechamos antes de comenzar la etapa, para hacer la parada técnica inicial para comprar unos almendrados y melindres famosos en Melide.
Melide estaba despertando, pero ya con una actividad especial, estaban preparando la fiesta del melindre. En Melide, siempre encuentras fiestas diversas, grupos de folclore gallego. Siempre de fiesta, siempre algo que celebrar
Melide se considera el centro geográfico de Galicia
Pasaba un poco de las diez cuando comenzamos la etapa, el día un poco fresco ayudaba a hacer una marcha más ligera.
Cruzamos Melide y subimos por la rúa San Antonio, desde lo alto dejamos atrás Melide para llegar hasta la carretera nacional y después de cruzarla en dirección San Martiño nos desviamos un poco a la derecha para visitar la iglesia de Santa María de Melide.
Tuvimos la gran suerte de encontrarla abierta. Un joven “voluntario” (digo voluntario porque actualmente está en paro, pero ayuda en todo lo que puede, sacristán, guía, bombero, cuando lo llaman… un valor perdido y poco aprovechado como otros jóvenes en estos momentos) gran entendido en arte, se desvive en cuidarla, estudiarla hasta el último detalle y compartir sus conocimientos con todo aquel que lo quiera escuchar.
Nos contó y contó de esta joya de románico de finales del siglo XII. Es una iglesia de una sola nave en granito gallego, aunque la cubierta es actualmente de madera. Está llena de maravillas, el ábside tiene dos semicolumnas que la dividen en tres partes y en ellas destacan unas pinturas increíbles que han aparecido debajo de la cal que cubría las paredes. Falta todavía por recuperar las laterales.
En los capiteles, columnas y arcos de las puertas se ven motivos de vegetales y animales.
Es una capilla preciosa, no te la pierdas si pasas cerca.
No podíamos parar más, apenas habíamos caminado unos kms y continuamos nuestra ruta. Pasamos las casas de Carballal y rodeados de árboles y prados llegamos al paso empedrado, nunca mejor dicho “empedrado” del rio Catasol. El rincón es de postal, prueba de ello es que a pesar de ir muy separados unos de otros, la mayoría al pasar por allí se paró para sacar fotos.
Paso a paso seguimos entre Pinos, Eucaliptos y algún que otro carballo por Raído, Parabispo ya del ayuntamiento de Urzúa, el arroyo de Valverde y Peroxa y entramos ya en Boente.
En Boente ya nos esperaba el autobús para recoger a los que hacen la etapa reducida.
Dejamos la iglesia de Santiago a mano derecha y nos encontramos con una cuesta que nos lleva por Figueroa y Castañeda. En este lugar se encontraban los hornos de cal donde los peregrinos dejaban la piedra de caliza que traían desde Triacastela, para la construcción de la basilical Apóstol en Santiago.
Como lo que sube baja, ahora toca bajar y lo hicimos hasta el arroyo Ribeiral, volvimos a subir y otra vez a bajar hasta llegar a Ribadiso da Baixo tras cruzar un pequeño puente de piedra medieval.
En Ribadiso se encuentra el hospital de peregrino de San Antón, pero que ya está convertido en albergue público. Todo el lugar esta rehabilitado para los peregrinos conservando las antiguas edificaciones de piedra.
Ya nos queda poco parta terminar la etapa y llegar a Arzúa, El camino ha sido muy bonito, entre bóvedas de árboles, prados, verdes, rincones preciosos… ligeros chubascos (pocos), una buena temperatura y sobre todo un ambiente relajado y con una gente maravillosa.
Nos cruzamos con muchos peregrinos, cada vez más. Con unos un saludo “Buen Camino”, otros desean hablar, de dónde vienen? Les gusta el Camino? El sentimiento del Camino crece a medida que te acercas a la meta.
Comimos en Casa Teodora (no Dorotea,) una rica empanada casera y un pollo con patatas de aldea, que estaba para chuparse los dedos. En caminos anteriores habíamos comido alguna vez ya allí.
Por la tarde nos esperaba una visita al Museo Vivente da Mel, en Portomouros. Para muchos no era la primera vez que lo visitábamos, pero no importa, porque siempre encuentras cosas nuevas; esta vez nos hablaron de la abejas velutinas, la plaga que nos está invadiendo y poniendo en peligro a nuestras especies.
El tiempo se nos pasó volando escuchando a las guías que nos contaban la vida, trabajo, forma de vivir de las abejas, reproducción, organización. la producción de la miel, recolección, cuidado de las colmenas…Un ejemplo a seguir y vivir en sociedad.
Así terminó la etapa, pero todavía en el recinto del museo aprovechamos para sacar fotos, merecía la pena porque el lugar es precioso. Contentos volvimos al autobús y ya en marcha para casa.
El sábado próximo nos espera otra etapa. Buena semana compañeros.
Por Blanca Franco (Vocalía del Camino)
Pinchando en la imagen las fotografías de la Etapa