El pasado viernes día 17 hemos ido a celebrar la comida de carnaval a Cuns, en Coristanco en “casa Pastoriza” pero antes nos tenían preparada una visita cultural a los alfareros de Buño.
Como éramos muchos nos tuvimos que dividir en dos grupos y mientras un grupo visitaba un taller de alfarero (oleiro) y su tienda, otro nos fuimos al Eco Museo Forno da Fonte.
Visitamos la alfarería Aparicio, nos recibieron muy amablemente y el alfarero “padre” nos guió a través de los diversos pasos que pasa para la producción de las piezas de cerámica, desde la recogida del barro en la “mina”, es como trozos de piedras blanquecinas y quebradizas, que después tienen que triturar y mezclados con agua consiguen la textura fina y suave necesaria.
La parte artística es con un trozo de barro, con las manos y un torno que manejan con los pies consiguen unas obras en poco tiempo (para ellos claro, que son los profesionales, nosotros no haríamos lo mismo) ollas, platos, tazas (cuncas)… pero también figuras menos prácticas pero que nos alegran la vista.
Es una profesión que antiguamente pasaba de generación en generación y en este caso, está empezando la tercera, que para nuestro orgullo es un joven que no ha dudado hacer una carrera universitaria y volver a su origen y trabajar como lo han hecho sus ancestros. Le deseamos desde aquí grandes éxitos y estamos seguros que lo conseguirá.
Pasamos por el taller, vimos los hornos donde se cuece la cerámica, según tamaños, donde preparan el barro, como secan las piezas antes de su cocción, como de sus manos salían jarras, tazas…
Y por la tienda donde se exponen las piezas a la venta.
La visita al Eco Museo, nos trasladó a hace muchos años atrás.
“El Ecomuseo nace como resultado de la necesidad de exponer al público la tecnología y la manera de vida tradicional de los “oleiros” (alfareros) de Buño.
Está formado por las antiguas casas/taller, horno, “cabanote” (alpendre) e “cabazo” (hórreo) de varias familias alfareras. El conjunto fue rehabilitado recientemente por la Diputación de A Coruña, actual propietaria, que cuidó cada detalle con el fin de ofrecer al visitante la posibilidad de retroceder en el tiempo y poder conocer, no sólo como era la vivienda de un alfarero, sino también su oficio y la forma de vida de una familia de la década de 1950.
El Ecomuseo de Forno do Forte, gestionado por el Ayuntamiento de Malpica, ofrece al visitante una visión única de la vida tradicional, permitiendo además la posibilidad de vivir la experiencia de trabajar en un torno y elaborar una pieza de barro con sus propias manos. Como complemento a la alfarería, se han habilitado varias salas de exposición dedicadas a la agricultura y ganadería, actividades complementarias de la vida cotidiana de un alfarero.
Forno do Forte es uno de los conjuntos etnográficos más emblemáticos de Buño. Fue levantado a lo largo de los s. XVIII-XIX. Su origen fue una casa labriega de gran tamaño. Cuando el propietario cambió de vivienda, la dividió en varios apartados que alquiló a alfareros y jornaleros como viviendas. Para atraer a los alfareros construyó un cobertizo (alpendre de grandes dimensiones) donde podían guardar barro, tojo y otros objetos. También levantó un horno, indispensable para que pudieran cocer. Este horno era de los más apreciados por la calidad de sus coceduras.
A la composición inicial se le añadieron más viviendas ocupadas por alfareros, hasta formar alrededor del horno lo que conforma el conjunto más original de la localidad. El horno coció con regularidad hasta la década del 1960. A partir de ahí redujo su actividad hasta abandonarla en los años 70 del siglo pasado (s. XX).
En 1999 empezaron los trabajos de restauración y puesta en valor del conjunto con el fin de crear el Ecomuseo que hoy podemos visitar. Dentro del grupo de construcciones también debemos resaltar el hórreo (cabazo), uno de los mejor conservados de la comarca.”
La verdad, a todos nos impactó un poco en las condiciones que vivian en aquellos años.
El fin de fiesta era el momento esperado, la Comida de Carnaval, fue espectacular y quedamos todos muy sorprendidos con la gran filloa con la que abrimos boca a un cocido fabuloso. Las fuentes llenas de cachola, lacón, pollo de casa, costilla, ternera, chorizos, botelo… todo esto acompañado de unas patatas deliciosas, garbanzos y unos grelos para sacarse el sombrero.
Que decir tiene que no fuimos capaces de vaciar las fuentes y de postre ¡madre mía! Buñuelos, tarta de café, de piña, orejas… de infarto. Lo superamos con café, unos chopitos y unas buenas cantarelas y bailongo al ritmo del grupo “Os Xotas” y participan también con los Gaiteiriños, que compartieron con nosotros la comida y luego tocaron con sus panderetas, gaita, tambores.
El buen humor reinó todo el tiempo, disfraces, fotos simpáticas… lo pasamos muy bien. Un aplauso a todos.
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